18 enero 2011

Tan pequeña y frágil como un pajarillo.

Las fotos se seguían como en la secuencia de una película antigua. Las sonrisas congeladas en los rostros recordaban a viejos retozos de almas relegados en algún momento del camino, por aquel olvidado viajante del primer andén.
Acarició las páginas con suavidad, absorbiendo los recuerdos que de ellas se desplegaban con cada nueva ojeada que echaba: un ignorado detalle reaparecía, sorprendiendo a su mirada llena de nostalgia.

- ¿Esta es Zaida, verdad? –la voz de su izquierda saltó como un resorte. La joven escondió una sonrisa a la vez que observaba la imagen que el niño señalaba con un dedo acusador.

- Sí –apenas suspiró. Él parecía a la espera de una gran historia que no tenía ganas de narrar. A pesar de eso, le mostró una tímida sonrisa y añadió-, ¿verdad que es bonita?

- ¿Qué recuerdas de ella?- preguntó el jovencito, mirando a su compañera y evadiendo la pregunta que le habían regalado por pura cortesía. Apretó los puños, se arregló el cuello de la camisa y aguardó, expectante, con pequeños temblores conmoviendo su pequeño cuerpo.

- Parecía un pequeño saco de huesos: tan pequeña y frágil como un pajarillo. Sus enormes ojos de cervatillo resaltaban en aquella pálida piel, adornada por rosadas mejillas y finos labios color melocotón. Recuerdo su aroma a coco, y como este era capaz de propagarse por todos aquellos lugares que pasaba; siempre decía que dejaba un pequeño trocito de ella para cada persona que pasara más tarde por allí. Adoraba el café y lo tomaba todas las veces que podía: exigía tazas enormes y humeantes, y, cuando se encontraban entre sus manos, te miraba con esa sonrisa de boca cerrada, pintada de un rojo corazón, para formular un “gracias” sin mencionar ni una palabra. Sus ojos leonados hacían juego con su larga cabellera, que solía llevar despeinada por su manía a contarle cuentos a las estrellas y saludar al amanecer con una gran risa latente en su pecho. Odiaba esas bonitas pecas que se dispersaban por sus pómulos, aunque siempre que sufría una caída, estudiaba minuciosamente el suelo con el miedo en su mirar, por si alguna de sus cómplices se habían extraviado. Cuando sonreía, le salían hoyuelos, como a ti. ¡Le impresionaban tanto las alturas! Prometió que un día aprendería a volar, para poder ser libre como las aves que observábamos desde la ventana. Su tez brillaba cada vez que llegaba a casa un nuevo libro, y siempre me pedía que se lo leyera, para así ella poder disfrutar de la lectura con los ojos cerrados. Sentía un miedo atroz a amar.

- ¿No le gustaba que la quisieran? –preguntó el niño, interrumpiendo su narración- ¿Por qué, Jane?

- No lo sé, James –negó, mirándolo directamente-. Su corazón estaba cerrado por un oscuro velo que ella era incapaz de destapar. Había tirado hacía mucho tiempo la llave al río y se había olvidado de hacer una copia de repuesto. Zaida era así.

El joven observó por unos instantes más la foto. Su mirada se fijó en la sonrisa franca de la chica que mantenía los ojos cerrados y los brazos expandidos, gritando ante una lluvia de hojas que caían a su alrededor.

- Es verdad que era muy guapa, Jane. ¿Verdad que lo era? Y también parecía muy simpática.

La susodicha no pudo más que reprimir una solitaria lágrima que gritaba con imperiosa voz su derecho a rodar por aquella mejilla, como tantas otras lo habían hecho en anteriores ocasiones. Acarició el rostro redondo del pequeño, a la vez que sus recuerdos se nublaban.

- Claro, James. –resbaló de entre sus labios, de forma apenas audible- Tu madre era estupenda.

6 comentarios:

  1. Me gusta la manera que tienes de escribir, es muy interesante ver como no soy la unica que escribe por placer, pero tu has dado un paso mas, publicas tus historias =D Realmente conmovedora la historia.

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  2. Me ha gustado mucho, es cercano y fácil de leer, se me ha parecido en algunos detalles a cómo escribo yo, sobre todo en el modo de describir, es muy visual, y eso me llama mucho.

    De un desconocido invitado al evento del tuenti ;)
    Saludos.

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  3. Espero que nunca dejes de hacer magia con estas palabras tan preciosas.

    ¡Quiero más! >.<

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  4. Me encanta.

    Love and Rockets,
    Me.

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  5. Qué lástima me ha entrado con el final del texto, es genial Anna.

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