28 mayo 2011

Llevas demasiado tiempo dando vueltas en mi cabeza


Hola. Sé que tú aún no me conoces, pero yo sí que te conozco a ti.

Quizás suene algo obsesivo cuando digo que estoy al corriente del número exacto de pestañas que bordean tus ojos, la tierna profundidad del hoyuelo que se forma cuando sonríes y el grado exacto de bienestar o desagrado que refleja la constelación que es tu mirada, como un espejo abierto para nadar dentro de un alma tan brillante que hasta duele.
Llevas demasiado tiempo dando vueltas en mi cabeza. Noche tras noche dedicas un poco de tu enrevesado tiempo a pasearte por mi subconsciente y dejar tu imagen en cada rincón de mi cuerpo, incluido el corazón, que se lleva doble ración.
Me alimento de tus recuerdos y de las sensaciones que traspiran por el aire y llegan hasta mí, como roturas pequeñitas de ti que soy capaz de guardar en aquella caja enterrada en lo más hondo de mi mundo. Aquel que brilla con luz propia y que no teme a la oscuridad de la inmundicia que lo rodea, porque mantiene el tesoro más grande jamás encontrado: tu esencia.

Y, ¿sabes que es lo peor de todo? No eres consciente de ello. Tu mirada, sonrisas y palabras van dirigidas a mentes corpóreas distintas a mí. Soy totalmente invisible a tu contemplación limpia que contrasta con mi alma rota por el tiempo y la tempestad. Como una pequeña muñeca desgastada de corazón.

Aunque, no debes preocuparte. ¡Eh, tranquilo! No es tu problema que mi puto órgano latente se haya obsesionado por un chico como tú. No es tu culpa que cada vez que te observo, desde las sombras, la respiración me impida dirigirte unas malditas palabras. Tampoco eres criminal de las constantes lágrimas que ruedan por este rostro harto de luchar en vano. Aunque sí debes saber que eres la respuesta, la acción o el movimiento que hace que cada poro de mi cuerpo se llene de absoluta felicidad con un solo gesto de tu rostro.

Hola. Sé que tú aún no me conoces; no creo que lo hagas nunca pero me gustaría que supieras que te quiero. Como un ave que necesita las alas para vivir, yo te requiero a ti para respirar.

11 comentarios:

  1. Triste, precioso, tierno...
    ME HA ENCANTADO!
    Sobre todo esta parte "Aunque, no debes preocuparte. ¡Eh, tranquilo! No es tu problema que mi puto órgano latente se haya obsesionado por un chico como tú. No es tu culpa que cada vez que te observo, desde las sombras, la respiración me impida dirigirte unas malditas palabras. Tampoco eres criminal de las constantes lágrimas que ruedan por este rostro harto de luchar en vano. Aunque sí debes saber que eres la respuesta, la acción o el movimiento que hace que cada poro de mi cuerpo se llene de absoluta felicidad con un solo gesto de tu rostro."
    Debes setirte afortunada por poder sentir un amor tan intensoo :)
    UN ABRAZO!

    ResponderEliminar
  2. Ay,'pequeña'. Me encanta, me encanta. Echaba de menos estos textos, que son cada vez más geniales. Anda, anda, tú si que sabes enamorar a las palabras <3

    ResponderEliminar
  3. Pero... Pero... Eres la diosa de la pluma, y sin exagerar. Sin querer, me he metido dentro de tu piel y sentido toda esta maldita explosión de sentimientos (: Ojalá llegues muy lejos, Anna ;)

    Por cierto, gracias por volver por aquí (juju) y espero que vayas genial con los últísimos exámenes. ¡Mucha suerte!

    ResponderEliminar
  4. Interesante tu forma de escribir, llevaba tiempo sin leer nada tuyo, me ha gustado (:

    ResponderEliminar
  5. Ah, amor platónico (:
    ¡Tu texto engancha desde el principio!

    ResponderEliminar
  6. Cada vez son mejores, cómo me gusta >.<

    ResponderEliminar
  7. Te he dejado un premio por mi blog :D
    ¡Pásate! ^^

    ResponderEliminar
  8. Precioso... Y me gusta me gusta... Por eso te sigo :D besotes♥

    ResponderEliminar